AYUDAS PRACTICAS
PARA EL DISCIPULADO
- Empezar haciendo un contrato de
reunirse sólo por dos a cuatro semanas. Después se puede seguir por más
tiempo si todos desean.
- Decidir que parte de los Encuentros
usará en su primer encuentro. Paso Uno o los Puntos de Partida Opcionales
(páginas 21-23) son propicios en la mayoría de los casos. Sin embargo algunos
escogerán ciertos temas como la oración o el testimonio según su situación.
- Empezar su encuentro semanal con
oración
- Llegar preparado con los materiales
listos ("lecciones", tarjetas para versículos, folletos, etc.)
- En general, ir a ellos para reunirse,
en vez de esperar que vengan a Ud. Si son varios discípulos, escoger la
casa de la persona para quien sería más difícil llegar.
- Repartirles los bosquejos paso
por paso, una página a la vez.
- Buscar la manera de avisar si una
persona no puede asistir.
- Reunirse alrededor de una mesa para poder escribir y abrir la Biblia.
- Ocupar de una hora a una hora y
media de tiempo.
- Comparta el liderazco del grupo.
Dejar que hablen los demás.
- Discipular mujeres a mujeres y
hombres a hombres.
- Si hay dos o más personas en el
grupo y una de ellas pierde una reunión, encargar a una de las otras personas
de ponerle al día sobre la sesión perdida.
- No dar nada por sentado. Por eso
las hojas comienzan con Apo 3:20, Jn 1:12, y Rom. 10:9. Asegúrese que conozcan
al Señor.
- No intente forzar un punto; permita
que el Espíritu Santo actúe.
- No avance por el material demasiado
lento ni demasiado rápido. Vaya suficientemente lento para permitir que
la persona comprenda el material, no sólo la parte teórica, sino la aplicación
práctica en sus vidas.
- Desarrolle una relación personal,
no solo de estudiante a maestro, sino como amigos. Planeen algunas actividades
sociales juntos.
- Trate los problemas a medida que
surjan. Ore con ellos y diríjales hacia una solución práctica. Si sus discípulos
llegan a tener problemas graves, atiéndalos primero y luego siga con el
encuentro. No dude en buscar ayuda de creyentes de más experiencia de su
iglesia.
- Comparta abiertamente con sus discípulos
sus propias necesidades espirituales y problemas personales (todos los tenemos).
- Repase los materiales de vez en
cuando. Procure que sus discípulos repasen los materiales con Ud. o aún
mejor, con otra persona.
- Recuerde que la "información"
es necesaria, pero la meta es la "formación" de discípulos para el Señor.
- El tiempo con sus discípulos puede
incluir:
- 21.1 Comparta Ud. una aplicación
de la Palabra en su propia vida.
21.2 Una revisión (tareas, memorización,
etc.).
- 21.3 Tratar los problemas
a medida que estos surgen.
21.4 Oración.
- 21.5 Continuar con el bosquejo.
- Haga que los discípulos escriban
el versículo para memorizar en su propia tarjeta (dictar el versículo puede
ser de ayuda).
- Antes de terminar el encuentro,
planee el próximo, tomando notas en la Hoja de Progreso o en su propio "plan
de lección".
- Es cuando los discípulos están
participando activamente en un ministerio en la Iglesia que el discipulado
adquiere su mejor provecho, y un enfoque claro y preciso.
- No permita que la relación del
discipulado se disipe sin tener una conclusión. Celebra lo aprendido y el
progreso obtenido.
Las preguntas
que surgen más frecuentemente sobre el discipulado:
- Q.-
"¿Estaré discipulando bien? Después de cuatro meses apenas estamos en el
Paso #4. Parece
- que conversamos tanto de "otras
cosas".
- A.-
Ha dado en el blanco. No hay un margen fijo de tiempo. Mucha gente toma
un año. Algunos
- más y otros menos tiempo.
Ustedes no hablarían de aquellas "otras cosas" si no tuvieran
los bosquejos como pretexto para reunirse. ¡Todos están creciendo!
Q.- "Ahora que estamos discipulando a gente
en la iglesia, ¿deberíamos organizar un comité para
- continuar haciéndolo?"
- A.-:
El discipulado no es otro programa, sino una relación dinámica (formación
vs. información).
- Un retiro anual o semi-anual para
animar a la gente y para avivar la visión del discipulado es una
buena idea. Testimonios incluidos ocasionalmente dentro del boletín
semanal son apropiados y ayudan a mantener el interés de la iglesia
por el discipulado. Este tipo de actividades requieren un mínimo
de organización.
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